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Y presencial en EspañaJunio, 20 del 2024, última actualización
Para eliminar una alergia de forma efectiva, primero debemos entender su origen y las razones detrás de su aparición. Aunque las percibimos como una molestia, en realidad las alergias son un mecanismo de defensa que el cuerpo utiliza para protegernos. Sin embargo, en el mundo actual, este sistema parece estar reaccionando de manera exagerada a sustancias que no representan un peligro real.
En este artículo, exploraremos en profundidad las causas detrás del aumento de las alergias, cómo y por qué nuestro entorno actual ha contribuido a este problema, y cuáles son los factores que provocan estas reacciones. Además, te explicaré cómo es posible fortalecer tu cuerpo y trabajar para eliminar las alergias para siempre, recuperando así tu calidad de vida.
Una alergia es una reacción del sistema inmunológico a una sustancia generalmente inofensiva para la mayoría de las personas. Estas sustancias, conocidas como alérgenos, incluyen alimentos, polen, ácaros del polvo, insectos, medicamentos y más. Al contacto con un alérgeno, el sistema inmunológico desencadena una respuesta que puede variar desde síntomas leves, como estornudos y picazón, hasta reacciones graves, como anafilaxis.
Mejor, empecemos por el principio, este tipo de reacción se la debemos a los neandertales. Durante la coexistencia y cruce de homo sapiens sapiens con neandertales, heredamos ciertos genes que mejoraron nuestra respuesta inmune, incluyendo los implicados en las alergias. Estos genes permitieron respuestas más efectivas a las toxinas y patógenos del entorno, proporcionando una ventaja evolutiva.
Las alergias se desarrollaron como una defensa evolutiva. Investigaciones de la Universidad de Stanford mostraron que ratones expuestos inicialmente a pequeñas dosis de veneno de abeja desarrollaron resistencia a dosis letales posteriores. Descubrieron que, tras la exposición a pequeñas dosis de veneno, los mastocitos, células inmunes clave en las reacciones alérgicas, son capaces de generar sustancias que protegen a las células de los efectos dañinos del veneno. Los anticuerpos IgE, que generalmente son responsables de las reacciones alérgicas graves, en este contexto protegen a las células y permiten la supervivencia de los ratones [1].
Este hallazgo sugiere que la respuesta inmune involucrada en las alergias pudo haber evolucionado para servir como defensa contra toxinas. Similarmente, la Escuela de Medicina de Yale encontró que la exposición repetida a un componente del veneno de abeja desencadena una respuesta inmune protectora, subrayando el papel evolutivo de las alergias [2].
Para profundizar sobre cómo el veneno de abeja mejora el sistema inmune, puedes leer el artículo "El Secreto que Esconde el Veneno de las Abejas”.
Entonces nos queda claro que nuestro sistema inmune no se ha vuelto loco, si no, que es un sistema necesario para nuestra supervivencia, que nos protege de sustancias muy peligrosas. Pero hoy en día, parece que este sistema reacciona a sustancias inofensivas y con las que siempre hemos convivido, convirtiendo la vida de muchas personas en una odisea, personas que casi no pueden salir de sus casas, que no pueden dar un paseo por el parque, que comer un cacahuete u oler pescado cocinándose de forma accidental, los puede matar.
Y según los expertos, es una situación que va en aumento, afectando cada vez a más personas.
Las alergias han aumentado significativamente en las últimas décadas. Según datos del Centro Nacional de Estadísticas de Salud (NCHS) de los CDC, en 2021, el 27.2% de los niños en Estados Unidos fueron diagnosticados con al menos una condición alérgica, que incluyen alergias estacionales, eccema y alergias alimentarias. Este aumento es preocupante y refleja cambios significativos en el entorno y estilo de vida [3].
El NCHS encontró que aproximadamente el 18.9% de los niños padecen alergias estacionales, el 10.8% tienen eccema y el 5.8% sufren de alergias alimentarias. Estas estadísticas revelan una tendencia creciente en la prevalencia de condiciones alérgicas, con variaciones según el grupo demográfico y socioeconómico. Por ejemplo, los adultos blancos no hispanos tienen una mayor prevalencia de alergias estacionales (28.4%) en comparación con otros grupos étnicos [3].
Un análisis de tendencias entre 1997 y 2011 mostró un aumento en la prevalencia de alergias alimentarias y eccema [4]. Este estudio destacó un incremento notable en las tasas de alergias reportadas, lo que subraya la importancia de entender los factores subyacentes a este aumento. Los cambios en el entorno, la dieta, el uso de productos químicos y la contaminación son factores clave que contribuyen a esta tendencia.
Cada vez vivimos en un mundo más tóxico. Estamos más expuestos de lo que pensamos, por ejemplo, los lavavajillas no eliminan bien los detergentes y durante el proceso de secado, estos se quedan adheridos a la vajilla y cubertería. Y con esto nos alimentamos nosotros y a nuestros bebés. Estos detergentes también estan en la ropa, mesas, suelos. Enzimas, tensioactivos, colorantes, conservantes… entra en contacto con nuestro cuerpo después de usar productos de limpieza.
Las células sanas tienen paredes fuertes, que hacen de barrera, las células están muy juntas entre ellas, de forma que no queda espacio entre las barreras. Es nuestra primera línea defensiva frente a los invasores. Pero estos productos químicos deterioran estas barreras, esto deja las puertas abiertas de par en par a todo tipo de intrusos. Los contaminantes ambientales pueden penetrar de forma más profunda en los tejidos y terminar produciendo dermatitis, asma, etc. Esto nos debilita.
Un estudio publicado en Allergy mostró que el lauril sulfato de sodio (SDS), un componente común en los detergentes, puede dañar la barrera epidérmica y contribuir al desarrollo de enfermedades atópicas. Los alcoholes etoxilados presentes en los agentes de enjuague pueden causar inflamación, aumentar el riesgo de enfermedades alérgicas y crónicas al dañar las células epiteliales y la barrera intestinal [5]. Otro estudio publicado en The Journal of Allergy and Clinical Immunology investigó los efectos de los detergentes para ropa en las células epiteliales bronquiales humanas, mostrando que incluso concentraciones muy bajas de detergentes pueden dañar la integridad de la barrera epitelial, aumentando el riesgo de asma y enfermedades alérgicas [6].
Además, a todo esto, se le puede añadir la contaminación, los gases tóxicos, los pesticidas, el exceso de higiene, la falta de contacto con microorganismos en las primeras etapas de la vida, etc. Incluso el sexismo en la jardinería, sí, esto existe, muchas plantas son dioicas, lo que significa que hay ejemplares masculinos y femeninos. Por razones estéticas y de mantenimiento, se suelen plantar más ejemplares masculinos en áreas urbanas, ya que no producen frutos y son más fáciles de gestionar. Sin embargo, estos ejemplares masculinos liberan grandes cantidades de polen. Sumado al cambio climático que ha alargado las estaciones de polen, intensificando la producción de polen y prolongando la exposición alérgica. Tenemos un cóctel molotov, pero esto da para otro artículo.
Las alergias pueden aparecer de repente en el cuerpo debido a múltiples factores que alteran la forma en que nuestro sistema inmunológico responde a ciertas sustancias. Aunque nuestro sistema inmune está diseñado para protegernos de amenazas como virus y bacterias, en ocasiones reacciona de forma exagerada a sustancias que son inofensivas para la mayoría de las personas, como el polvo, el polen o ciertos alimentos.
Existen varias razones por las que una alergia puede manifestarse de forma repentina:
Nuestro entorno moderno está cargado de contaminantes, productos químicos, pesticidas y otros agentes que pueden debilitar las barreras naturales de nuestro cuerpo, como la piel o las mucosas, facilitando el contacto con alérgenos.
A veces, la exposición repetida a un alérgeno a lo largo del tiempo puede "sensibilizar" al sistema inmunológico, desencadenando una reacción alérgica en el momento menos esperado.
Algunos genes heredados de los neandertales mejoraron nuestra respuesta inmune contra toxinas y patógenos, pero también aumentaron la susceptibilidad a desarrollar alergias. Este mecanismo, que antes era una ventaja evolutiva, hoy en día puede sobrereaccionar frente a sustancias inofensivas.
El uso excesivo de productos químicos (como detergentes y limpiadores), una dieta ultraprocesada y el exceso de higiene pueden alterar el equilibrio natural del sistema inmunológico, haciendo más reactivo.
El estrés, cambios hormonales, infecciones virales o incluso el cambio climático (que aumenta la concentración y duración del polen en el aire) pueden desencadenar reacciones alérgicas repentinas.
Los expertos advierten: en el futuro, 1 de cada 2 personas desarrollará alergias y presentará estos síntomas de la alergia, síntomas no solo muy incómodos, sino también potencialmente mortales. Por ello, quiero explicarte cómo eliminar las alergias para siempre y mejorar tu calidad de vida.
Después de entender por qué desarrollamos alergias, la clave para eliminarlas está en fortalecer el sistema inmune. Sin embargo, el enfoque para hacerlo depende del tipo de alergia que padezcas. No es lo mismo tratar una alergia reciente que una alergia presente desde la infancia, ni una alergia alimentaria que una alergia al polen, al polvo o a los animales. Cada caso requiere una estrategia adaptada y específica.
Por ejemplo, en el caso de una alergia al cacahuete que se desarrolla desde la infancia, esto suele estar asociado a una falta de exposición temprana al alimento. El tratamiento recomendado en estos casos es la inmunoterapia oral, que consiste en exponer gradualmente a la persona a pequeñas cantidades del alimento hasta que el organismo lo tolere, evitando así reacciones graves como la anafilaxia. Este procedimiento debe realizarse en un entorno controlado y supervisado por un alergólogo.
Por otro lado, alergias como las que aparecen de forma repentina al polen, al polvo, a los animales o incluso a alimentos que antes tolerabas, están más relacionadas con un sistema inmune debilitado. En estos casos, es posible fortalecer el sistema inmune mediante terapias naturales. Algunas plantas, hongos y productos de las colmenas tienen propiedades que ayudan a aumentar las células inmunes, reducir la inflamación, mejorar la microbiota, eliminar toxinas y promover la resiliencia del organismo. Estas terapias pueden hacer que el cuerpo sea más fuerte y capaz de tolerar mejor los alérgenos, disminuyendo los síntomas y mejorando la calidad de vida, hasta hacer desaparecer la alergia para siempre.
Aquí es donde las terapias naturales cobran protagonismo.
En el mundo de la medicina natural, existen esas "pastillas", y no son magia. Se trata de suplementos y remedios basados en plantas, abejas y setas, que pueden fortalecer y equilibrar tu sistema inmunológico.
En resumen, las alergias son una respuesta de nuestro sistema inmunológico a un entorno cada vez más tóxico y desafiante. Comprender las causas, reforzar nuestra salud con terapias naturales y mantener un estilo de vida equilibrado pueden marcar la diferencia. Si estás listo para mejorar tu bienestar, comienza hoy mismo dando pequeños pasos hacia una vida sin alergias.
Te invito a explorar los beneficios de la fitoterapia, apiterapia y micoterapia, terapias naturales que pueden fortalecer y equilibrar tu sistema inmunológico. Si te interesa mejorar tu bienestar de manera natural, estaré encantada de ofrecerte orientación personalizada y compartir contigo mi experiencia en estas terapias.
Bibliografía
1 Comentario
Laura Morsan Junio, 20 del 2024
¡Hola, soy Laura! Puedes dejar tu comentario y resolveré tus dudas.
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